lunes, 8 de febrero de 2016

MAESTRO SABIDURÍA

 “América del Sur ha sido bendecida con la presencia de Grandes Seres”



En uno de los varios contactos de Enrique Castillo Rincón con seres de las Pléyades el 25 de diciembre de 1974, en las montañas de los Andes Peruanos, conoce a un ser Gran Ser a quien Enrique llamó “MAESTRO SABIDURÍA”. Así describe el contactado Enrique Castillo Rincón ese momento.

¡Mi asombro no tuvo límites! Para mis compañeros igual. Aquel ser era la misma figura de Jesús, El Maestro.  Pensé inmediatamente, que por eso nos habían traído Los Pleyadinos. Jesús está aquí en cumplimiento de su profecía. Nos miramos sin articular palabra. Fueron unos segundos de gran suspenso.
La figura era igual a la que existe en todas las casas de los cristianos del mundo. La barba el pelo y su edad. Le calculé 37 años. Vestía una bata color café claro, ceñida a la cintura con una faja de tela. El tejido daba la impresión de estar elaborado con cabuya, manga tres  cuartos y abierta en el cuello donde podíamos ver los vellos del pecho; sus brazos y sus manos indicaban poca exposición al sol. Sus pies calzados con sandalias casi enterizas; la bata llegaba a las rodillas.

Se inclinó a manera de saludo, pasando su brazo derecho al hombro izquierdo y la mano izquierda debajo de la axila derecha, y luego el mismo movimiento a la inversa. Irradiaba una mirada que abarcó a todos los presentes dijo:


“Yo no Soy el que vosotros creéis que soy.

Mi nombre es mil hombres, dadme cualquiera de ellos y eso soy.
Yo Soy anciano ante vosotros, pero no por edad sino por conocimiento, y humildemente quiebro mi cabeza ante vosotros.

Mi nombre es edad, pues yo soy las edades y el tiempo.
Yo Soy sabiduría y mi nombre es sabiduría: Yo manejo el 35 por ciento de la sabiduría universal, y humildemente me inclino ante vosotros (repetía de nuevo el saludo).

Yo soy el conocimiento y os traigo conocimiento.
Yo Soy la brisa, Yo soy el viento, la nube y la lluvia. La tierna brizna de la mañana, Yo soy la tierra, el surco y la semilla, el río y soy el mar.

Yo Soy la mano encallecida del buen hombre de la tierra, Soy el árbol la flor y la montaña, Soy el valle, el amanecer y la noche.

Yo Soy anciano ante vosotros y humildemente quiebro mi cabeza. Desenfundo mi espada para desgajar de sus pedestales a los hipócritas y vocingleros.
 Yo soy el ave y soy la flor. Yo Soy el pelo blanco del anciano. Y Soy la risa de los niños, el arrullo de la madre y el despertar de la consciencia. ¡Yo Soy la conciencia!

¡Mi nombre es Ley porque Yo Soy la Ley!
Mi nombre es vida porque Yo Soy la vida.

Soy la palabra y Soy la Sabiduría. Mi nombre es Sabiduría.

Yo Soy anciano ante vosotros, pero no por edad sino por conocimiento, y humildemente quiebro mi cabeza ante vosotros.

Yo Soy el huracán y el movimiento.
Soy la fuerza el susurro y la voz. ¡Mi voz tiene vida!
Yo Soy la novia que pura llega a desposarse.
Yo Soy la paz de los hombres; mi nombre es paz y paz Yo doy.
Mi nombre... mi nombre... es Amor. Yo Soy el amor que mueve el universo. 

¡Qué hermosura de rostro! Nunca alguien me miró como Él lo hizo. La inteligencia y amor que emanaba de su rostro proyectaba paz, era lo más maravilloso e increíble que jamás había sentido en mi vida.

Fuente: OVNI GRAN ALBORADA HUMANA TOMO I

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