Jairo Hernando Rojas Galvis, en su libro TRASCENDENTALES PROFECÍAS publicado en 1980 la primera edición y posteriormente en 1986
la segunda edición; escribe una serie de profecías. Acontecimientos que
sucederían a nivel mundial y en todos los ámbitos: Social, político, religioso,
militar etc.
Hoy, después de treinta años de su publicación, ante el
escepticismo, la burla y la crítica que generó este libro en su momento; vemos
con asombrosa precisión el cumplimiento en gran parte de estas profecías; otras
están en plena ejecución. Y si miramos con ojo analítico y reflexivo la
realidad mundial actual: Los conflictos bélicos, el hambre, la descomposición
social, el engaño de las religiones, la manipulación de los medios de
comunicación, la política etc. etc. nos daremos cuenta que el panorama no es el
mejor para esta humanidad, como lo describe el Autor en su libro. Claro está, como
dicen las escrituras “Solo los apercibidos podrán entender”.
Amigo Lector, ¿SABE USTED QUE ENTRE ESTAS PROFECÍAS EXISTE UNA PARA COLOMBIA?
COLOMBIA DE LA OPRESIÓN
A LA REVOLUCIÓN DE CONCIENCIA
LAMENTABLE ESTADO DE LA NACIÓN
Al MISMO
TIEMPO que van pasando los años las necesidades van creciendo. La
sumisión y la ignorancia del pueblo, le hace más fácil presa de las ideologías
políticas y religiosas, que lo van asfixiando hasta someterlo a la condición
de títere. La ola de la incontrolada inmoralidad se levanta con
inconcebible ímpetu.
La
inseguridad ronda en las calles, donde los ladrones y los criminales se
pavonean, amedrentando a los desprevenidos transeúntes, quienes sólo dejan ver
en su rostro la angustiosa mirada del terror. Los ciudadanos se muestran
indefensos, porque las armas sólo las llevan al viento, las fuerzas del
gobierno y los oscuros maleantes. El pueblo va sintiendo lentamente el
hostigante peso de la injusticia de los gobiernos corruptos, que cada día lo
reprimen sin tener compasión ante las amargas circunstancias. Las esferas
religiosas contribuyen igualmente a mantenerlo reducido a la mas lamentable
miseria espiritual.
La juventud va y viene como hoja al viento, siendo manejada por
ideologías políticas foráneas, y lo que es peor, por el vicio, el que ronda por
todos los rincones como uno de los mayores espectros.
LA INSEGURIDAD SE CORONA REINA DE LAS CALLES
A grandes horcajadas invade todos los sitios
de las principales ciudades. Las estadísticas sobre crímenes y robos suben a
índices inconcebibles. La elasticidad y la corrupción de las fuerzas policiales
se hacen cómplices de la caótica situación. Los gobiernos muestran su
indiferencia ante los graves conflictos. Se afirma que se tomarán medidas, las
cuales sólo llegan al cesto de las continuas promesas. Mientras tanto el
desajuste social crece.
EL NARCOTRÁFICO SE ERIGE DUEÑO Y SEÑOR
Aunque los principales diarios atacan continuamente el “descarado”
tráfico de drogas, éste sigue ascendiendo verticalmente, ante las impávidas
miradas del pueblo. El gobierno se muestra drástico en las medidas para combatirlo,
pero bien sabe que esta elasticidad es simplemente una apariencia con la que se
quiere hacer pensar al pueblo, “que sí se está haciendo una labor
moralizadora”
Los millones
de dólares danzan, manejando los intereses a diestra y siniestra, comprando
cada vez más importantes influencias. La situación parece no tener fin. Los
gobiernos extranjeros protestan al observar que no existe ningún control
efectivo de parte del gobierno, con el propósito de dar por terminada la
escandalosa ola de corrupción, e incluso lo tildan de ser uno de los más activos
participantes del “jugoso negocio”. El pueblo mientras tanto escucha
avergonzado las severas acusaciones. El gobierno se defiende con un rosario de
palabras. Sabiendo muy bien que la mejor defensa que puede hacer, es
demostrando con hechos que se le pone freno a la inconfesable ola de
inmoralidad. Aparenta estar interesado y mostrarse fuerte ante el problema,
pero todo se reduce a una patraña, que el mismo pueblo la descubre.
EL ENRIQUECIMIENTO DE UNOS POCOS REDUCE A LA
MISERIA A MILES
La
devaluación es cada vez más notoria. Los productos de primera
necesidad se hacen prácticamente inalcanzables, ya que sus precios aumentan el
50 y hasta el 100 por ciento. La ola especulativa hace que éstos alcancen el
escandaloso extremo. El gobierno anuncia “tomar drásticas medidas”, ante la
protesta del pueblo, pero siguiendo la acostumbrada línea de apariencia. Los
grandes emporios cada día van llenando más sus arcas, mientras que millones de
habitantes tienen que soportar la ola de escasez, aumentando la desnutrición
de la población. No obstante todas estas cosas, al pueblo se le tiene
prohibido protestar, bajo amenazas de consejos de guerra. Los inconformes que
caen en las redes de los cuerpos secretos son torturados, violando con esto el
gran principio de los derechos humanos.
El gobierno se convierte en el silencioso verdugo del pueblo, a quien
cada día lo reduce a la más espantosa miseria, mientras que las clases
privilegiadas que ocupan las grandes curules, dilapidan inmisericordemente el
presupuesto nacional en provecho propio. El vínculo existente entre gobierno y grandes empresas es estrecho, lo
que hace que la mayor preocupación se encuentre, no en solucionar los problemas
más agravantes de carestía, sino en tener buenas relaciones con los emporios
financieros con detrimento de las clases más necesitadas.
Es más
económico morir que costear una enfermedad, puesto que los grandes centros de
salubridad se mantienen cada vez con mayor descuido, teniendo el paciente que
recurrir al servicio médico particular, el que en la mayoría de las ocasiones,
padece la más grave enfermedad: insensibilidad social y deseo
incontenible de riqueza.
SE LLENA TANTO LA COPA QUE ÉSTA SE DESBORDA
El pueblo, inclementemente atosigado, considera que todo debe llegar a
su fin. Azuzado por elementos foráneos, quienes han sembrado la semilla del
odio contra las clases dirigentes y las más pudientes, se lanza a las calles
desahogando sus incontables años de opresión. El vandalismo y la rapiña se
ciernen sobre la ciudad incendiando y saqueando comercios. Los choques contra
las fuerzas del gobierno se hacen imprescindibles, convirtiéndose las calles en
patéticos ríos de sangre. En las aceras, los cadáveres destrozados por las
balas forman pequeños montones. El caos es incontrolable.
Las llamadas
al orden del gobierno, bajo grandes amenazas no son escuchadas. El
pueblo se halla enardecido cuando contemple que el ejército, bajo las órdenes
de enceguecidos verdugos, se ha convertido en execrable asesino de sus propios
hermanos, erigiéndose en protector, no “de las sagradas instituciones que
respaldan el orden y por lo tanto la buena marcha del país, como el gobierno
irónicamente lo afirma, sino en el guardián de las clases que oprimen
inmisericordemente al país.
Multitud de
inocentes baleados tapizan las calles, convirtiéndose en mudos testigos de la
opresión. Las bombas estallan en todos los rincones. La ciudad se
cubre de polvo, sangre y humo. De lamentos, venganza y odio.
Una batalla desigual donde el ejército invade las casas “buscando nidos de
sospechosos”. No se respetan las mujeres ni los niños. Después de
varios días, todo parece llegar a su fin. El gobierno considera “haber ganado
la gran batalla, salvando las sagradas instituciones”.
Luego llega la gran sorpresa y la sangre del pueblo es vengada. No queda
miembro del gobierno que no haya pasado por el incógnito pelotón de ajusticiamiento. Más tarde todo vuelve a una aparente normalidad, calmando la
tempestad su prolongado rugido.
PODEROSO LÍDER SE LEVANTA
Han pasado
los años. La confusión del país aún permanece. El pueblo se halla cada
vez más hastiado. Muchos gobernantes lo han engañado bajo promesas de ayuda
para liberarlo de su precario estado. Sin embargo, la mayoría han sido
individuos inescrupulosos y oportunistas.
La fe se ha
perdido y la juventud va y viene en medio de la confusión. Los distintos
credos religiosos también han aprovechado las circunstancias, convirtiéndose
sus ministros no en orientadores, ante las circunstancias vividas, sino en
elementos explotadores, que han hecho de manera inconcebible el vado
espiritual.
Mas llega el momento en que una voz enérgica se hace presente. Una voz
que paulatinamente ha ido surgiendo, golpeando con paso lento pero seguro, la
condena de todos aquellos que encuentra en su, camino. Por el comienzo, muchos
consideran que es un demagogo más que viene a utilizar el momento de angustia
en provecho propio. Sus palabras son incomprendidos durante algún tiempo. Sus
enseñanzas parecen caer en el vacío, por ser consideradas por la mayoría
inconsistentes y por lo mismo que no vienen a ofrecer ninguna garantía. Se
considera su filosofía no propia para el momento, ya que la autenticidad del
hombre se halla completamente desdibujada. De lo único que se encuentran de
acuerdo es que todas las religiones y los partidos han sido los mayores
explotadores de la ignorancia del hombre.
Muchos opinan
que es difícil llegar a una concepción práctica de las enseñanzas, más cuando
el hombre se ve abocado a elevar su nivel moral, estando acostumbrado al
libertinaje en todos los campos.
Los
dirigentes religiosos y políticos ven en él a su mayor enemigo, ya que sus
planteamientos están basados, en una reestructuración conceptual de las
actuales ideologías, arrancando al hombre “de la masa”, para individualizarlo;
consiguiendo con ello una liberación completa de las atávicas enseñanzas que lo
habían mantenido esclavo. Sin embargo, política y religión consideran
que el hombre se halla en un estado tan lamentable de atraso, que jamás podrá
poner en práctica dichos enseñanzas, motivo por el que se tranquilizan, estando
seguros que es un líder que pasará pronto a los anales del olvido. Mas la
equivocación es grande.
Debido a la
técnica empleada y al cumplimiento exacto de sus palabras, la mayoría
silenciosa comienza a seguirlo, practicando sus orientaciones, las cuales, cada
hombre que las experimenta se convierte en una nueva conciencia que despierta,
dispuesta a contribuir a erradicar los Oscuros propósitos que lo han tenido en
la ignorancia, principal motivo de la explotación del hombre por el hombre.
Mientras tanto los años han ido ‘pasando, y lo que antes se consideraba
un movimiento más, pasa al primer plano en el mundo. Los credos religiosos
observan con aire de tristeza, que los incontables súbditos que los sostenían,
los abandonan, derribando por lo tanto, sus imperios financieros e ideológicos.
Se observa un gran cambio en las estructuras sociales. De las palabras se pasa
a la acción, hecho que demuestra la gran trascendencia del movimiento y la
meticulosa penetración de las ideas en la mente de cada individuo.
Los que se
vuelven practicantes logran descubrir perfectamente el engaño a que por muchos
siglos estuvo sometido el hombre. Dentro del transcurso del tiempo,
importantísimos hechos se presentan, hechos que confirman la veracidad de las
palabras del gran líder. Esto hace que los escépticos que aún quedan, miren con
respeto la fuente de la cual nace el gran movimiento.
El
catolicismo se declara uno de sus mayores enemigos, por considerar que se está
“arrancando al hombre de las grandes verdades las que solamente le son
entregadas a los miembros de la iglesia”. El movimiento entonces es condenado
públicamente por los jerarcas, por “sus ideas tendenciosas, que van en contra
de los sagrados principios. En todas las parroquias comienzan a aparecer boletines
informativos, “previniendo a los feligreses del enorme peligro que representa
seguir al falso profeta, quien es un enviado del demonio, para hacer renunciar
a los católicos a la salvación, más que todo, a aquellos católicos que se
encuentran débiles en la fe”.
Muchas de estas admoniciones logran infundir miedo a gran cantidad de
católicos, los cuales se declaran abiertamente enemigos “del falso
profeta”, comenzando a proferir maldiciones y amenazas contra todos los
seguidores del movimiento. Los dirigentes de la iglesia sienten satisfacción
y consideran que la táctica ha dado excelentes
resultados. Hacen llamamiento a “las ovejas descarriadas, ofreciendo
la intercesión ante Dios, para que les sea perdonado el pecado de desobediencia
y olvido, por alejarse de las sagradas enseñanzas”. Mas no consiguen su
propósito, y antes bien, ante la actitud sectaria de la iglesia, muchos de
sus feligreses y algunos de sus ministros que reconocen la
gran verdad que se está predicando, se suman dejando ver en sus
rostros el enorme deseo por encontrar una vida nueva.
La ira de los
jerarcas no tiene límite. Ven que el gran imperio comienza a tambalear y con
él, su estabilidad económica y social. Deciden anunciar que los seguidores del
gran movimiento quedarán excomulgados y por lo mismo “condenados al fuego
eterno”.
La amenaza no surte efecto. Sus lamentos se pierden lentamente en el
vacío. La influencia del líder se hace notoria en toda América Sus
palabras, van cada día penetrando en cada uno de sus nuevos seguidores. Los
grandes resultados se observan, por la armonía que manifiestan los miembros
del movimiento Proclama en todas partes “que la individualidad del
hombre es lo más importante. Que desde el momento, que el ser humano se
descubre con todas sus virtudes y todos sus defectos, da el gran paso para
cumplir el compromiso que tiene con su Creador”. Busca, no que el hombre se
convierta en un santo ni mucho menos mistificarlo, sino que a través del
encuentro consigo mismo se transforme, elevando su nivel espiritual y material. El hecho por lo tanto, no es ser contemplativo, ya que el fundamento se
basa en la acción y por medio de un perfecto raciocinio, poder
enfrentarse a todas las circunstancias inteligentemente. De esta manera
se llega al descubrimiento que no son las iglesias las depositarias de la
Verdad, sino el hombre mismo.
La oposición
de los enemigos de la libertad es enorme, pero logra triunfar la Verdad por
sobre todos los obstáculos. El calendario mientras tanto no ha marcado el año
2000.
Amigo lector Lea, analice y reflexione sobre el contenido de esta profecía. Su cumplimiento es exacto. No podemos continuar así, no podemos seguir cruzados de brazos viviendo como exclavos sutiles, el futuro puede ser modificado; COLOMBIA tiene que despertar, en tus manos también está el cambio.
Fuente: "Trascendentales Profecías" Jairo
Hernando Rojas Galvis
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