COLINA DE LAS BIENAVENTURANZAS


Diálogos de Jesús de Nazaret con Eliseo y Jasón

Sábado 22 de abril 9:40, 

J.N (Jesús de Nazaret)
J (Jasón)
E (Eliseo)

J.N__ Sólo nuestro Padre, Jasón, es lo más sublime...

__Y dando media vuelta fue a sentarse sobre la hierba, de cara a la lejana Nahum. Y llamándonos por nuestros verdaderos nombres, nos invitó a que nos sentáramos a su lado.

J.N__ Los espíritus, si eso es lo que crees que soy, no aplastan la hierba. También tú... debes aprender a confiar. Y en verdad os digo que llegará el día en que no dudaréis y, al igual que mis embajadores de hoy, también vosotros (de otra manera y en otro tiempo y lugar) proclamaréis la buena nueva del reino.

J y E__  ¿Nosotros?

__Jesús nos contempló como se hace con un par de niños ansiosos por aprender.

J.N__ ¿Por qué creéis que estáis aquí?

J.N__ Yo os digo que, en los universos de nuestro Padre, nada que concierna al dominio del espíritu queda esclavizado por el azar. Todo es obra del amor, de la sabiduría y de la misericordia.
J__ No te comprendemos, Señor.

J.N__ No tardaréis en hacerlo...

__El Resucitado marcó con sus ojos la posición de la «cuna».

J.N__ Cuando seáis devueltos al mundo y al momento de donde procedéis, una sola realidad brillará en vuestros corazones: Enseñad a vuestros semejantes, a todos, cuanto habéis visto, oído y experimentado a mi lado. Sé que, a vuestra manera, terminaréis por confiar en mí. Sé también que no teméis a los hombres, ni a lo que puedan representar, y que proclamaréis mi Verdad. Y otros muchos, gracias a vuestro esfuerzo y sacrificio, recibirán la luz de mi promesa.

J.N__ ¿Por qué te atormentas? -Ten fe. Ya te lo dije: También las criaturas a mi servicio tienen un «código» -subrayó esta palabra- que, como vosotros, no pueden profanar.

J.N__ Recuerda mis palabras a Lázaro: «Hijo mío, lo que te ha sucedido, ocurrirá igual a todos aquellos que crean en el evangelio, pero resucitarán bajo una forma más gloriosa. ¡Yo soy la resurrección... y la VIDA! Esto que veis y que podéis tocar

__Jesús extendió las palmas de sus manos-

J.N__ No es fruto de fantasías ni de milagros. ¡Miradlo bien! Es una de las formas que disfruta toda criatura mortal de los mundos del tiempo y del espacio, una vez vencido el sueño de la muerte.

__ Mi hermano hiló rápido y, con su envidiable espontaneidad, le interrumpió:

¿E__ Puedo ...?

__ El Resucitado, como si esperase la pregunta, desvió su mano derecha a Eliseo, invitándole a que comprobase. Se arrodilló frente al Maestro y, tomando la mano entre las suyas, presionó, palpó, acarició, olfateó sin el menor pudor y, ante la divertida expresión del Hombre, buscó el pulso. A los dos minutos, pálido como un muerto -quizá más muerto que vivo-, se enfrentó a la mirada del Resucitado.

J.N__ ¿Satisfecho?

__ Eliseo, perplejo, se dejó caer sobre la hierba.

J.N__ No os extrañéis si advertís que esta forma carnal poco o nada tiene que ver con lo que conocéis. Allí donde sois devueltos a la verdadera vida, las limitaciones que os acosan aquí abajo no tienen sentido.

J.N__ Allí sentiréis otra clase de hambre. Otra clase de sed. Otra clase de sentimientos y necesidades. Os lo repito: no os atormentéis. Ahora es muy difícil que el hombre mortal pueda alcanzar las estrellas. Debe bastaros saber que están ahí y que, en su momento, no sólo las estrellas formarán parte de vuestro conocimiento.  La «carrera» hacia el Padre Universal es prodigiosamente reveladora. Nada quedará oculto. No olvidéis que vuestros conocimientos son finitos y que toda comprensión, por parte de las criaturas mortales, es relativa. Cualquier información, incluso la que procede de fuentes elevadas, sólo es relativamente completa, localmente exacta y personalmente verdadera. Sólo eso. Los hechos físicos pueden ser uniformes, pero la verdad es una realidad viva y flexible en la filosofía del universo.

J.N__ Las personas que evolucionan como vosotros lo estáis haciendo ahora, sólo son parcialmente sabias y relativamente verídicas en sus mensajes.  Sólo pueden tener certidumbre en los límites de su experiencia personal. Algo que puede parecer cierto en un lugar, puede ser relativamente verdadero en otro segmento de la creación. La verdad Divina, la verdad final, es uniforme y universal. La historia de las criaturas espirituales, tal y como es contada por numerosas individualidades originarias de esferas diversas, puede cambiar a veces en los detalles. Esto obedece a la relatividad en la plenitud de sus conocimientos y de su experiencia personal, así como a la extensión y amplitud de esa experiencia…

E__ Me parece que te contradices, Señor.

__La irrupción de Eliseo me dejó atónito.

E__ La vida y las vicisitudes de los seres humanos -argumentó con frialdad- se oponen a esa idea de la soberanía universal de Dios...

__El Maestro aceptó el reto con deportividad.

J.N__ El plan de nuestro Padre es fruto del amor y, en consecuencia, perfecto. Y hasta tal punto es así que las criaturas evolutivas, como vosotros, se ven necesariamente asaltadas por toda suerte de contingencias, sólo en razón de su beneficio.

__ Contingencias? -replicó mi hermano con amargura- Yo emplearía un término más duro.

__ Y antes de que el rabí abriera nuevamente la boca, le espetó inmisericorde:

 E__ ¿Qué me dices de la desesperanza, de la mentira, de la injusticia?...

__ El Maestro alzó sus manos, rogándole calma.

J.N__ Veamos: ¿la esperanza es deseable?

__Asentimos al unísono.

J.N__ Pues bien, entonces es necesario que la existencia humana aparezca permanentemente enfrentada a la incertidumbre y a la inseguridad.

E___ ¿Y qué nos dices de la mentira?

J.N__ Decidme: ¿Es bueno el amor a la verdad?

__No esperó nuestra respuesta. Era obvia.

J.N__ En ese caso, es preciso que el hombre crezca en un mundo donde el error esté presente y la falsedad sea una cotidiana compañera.

E__ ¿Qué puedes decir ante la decepción?

J.N__ Lo mismo: ¿Es deseable la fuerza de carácter? Entonces, siendo así, la Humanidad debe ser educada en un ambiente que la obligue a atacar duras pruebas y a reaccionar cuando llegue la decepción.

__ Las respuestas, rotundas, no desanimaron al mordaz Eliseo.

E__  ¿Y qué puedes alegar sobre el dolor? Tú lo has experimentado con creces. ¿Era necesario? ¿Es justo?

__El rostro del Galileo se endureció fugazmente.

J.N__ Tú deseas la felicidad, ¿verdad?

__ ¡Más que nada en este mundo! -estalló mi hermano, recobrando el temple.

J.N__ Entonces -sentenció sin posibilidad de apelación- deberás vivir en un mundo en el que la alternativa del dolor y la probabilidad del sufrimiento sean posibilidades experienciales siempre presentes.  Las tribulaciones son la mejor fuente de sabiduría para los mortales. En verdad, en verdad os digo que no se puede percibir la realidad espiritual si antes no se ha sentido por la experiencia. Y muchas de esas verdades sólo se intuyen y comprenden en mitad de la adversidad... En cuanto a mi propio sufrimiento, en nada se ha diferenciado del de muchos otros mortales. Cuando alguien yace por causa del dolor, yo, o mis ángeles, estamos allí...

¿E__ Para qué?

__La ingenuidad de Eliseo debió conmover al Maestro. Le sonrió y, alzando el rostro hacia el celeste del cielo, replicó:

J.N__ Aunque el enfermo no lo perciba con claridad, con el único fin de recordarle que, como yo hice, debe abandonarse en las manos del Padre. Os lo he dicho: nada en el reino de nuestro Padre es causa del azar.
J__ ¡El Padre! -esta vez tomé yo la iniciativa- ¡Hablas tanto de Él!... Pero, de verdad, Maestro, ahora que no nos escucha nadie, ¿qué es el Padre?

__Jesús soltó una carcajada.

J.N__ ¿De veras crees que no nos escucha nadie?

__Como dos tontos, Eliseo y yo paseamos la vista a nuestro alrededor. Sin perder aquella espléndida sonrisa, el Señor movió la cabeza, rindiéndose ante nuestro candor.

J.N__ Tú amabas al tuyo

__ Apuntó con aquel especial brillo que irradiaba cuando se refería al Padre-

J.N__ Eso te permite aproximarte un poco, sólo un poco, a la magnífica realidad de nues-tro ver-da-de-ro Pa-dre.

J.N__ El Padre Universal no es un ser humano, con largas barbas blancas, como a veces lo pintan sus criaturas. Pero el ejemplo es válido.  Él es el Dios de toda la creación. La «causa-centro-primera» de todas las cosas y de todos los seres. Debéis pensar en Él como un creador. Después como un controlador. Por último, como un apoyo infinito.

J.N__ La verdad sobre el Padre Universal empezó a despuntar sobre la Humanidad cuando el profeta dijo: «Tú, Dios, estás solo y nadie hay a tu lado. Tú has creado los cielos y los cielos de los cielos con todos sus ejércitos.

__Le vi dudar. Tomó un manojo de aquella fresca hierba y, arrancándolo de raíz, lo mostró, preguntando:

J.N__ Decidme: ¿qué es más importante: ¿esto o vosotros?

__Ninguno de los dos nos atrevimos a responder. Él lo hizo por nosotros:

J.N__ Ante nuestro Padre, vosotros, sin lugar a dudas. ¿Creéis entonces que el Padre puede permitir que la hierba sea más numerosa que su prole?

J.__No has respondido a mi pregunta, Señor: ¿qué es el Padre?

J.N__ Lo he hecho, Jasón...

__Acarició los verdes y jugosos tallos, mordisqueando uno de ellos.

J.N__ Pero os pondré un ejemplo. Hace miles de millones de «eones» de tiempos, el primer Inteligente que alcanzó la conciencia de sí mismo entró en el no-tiempo, después de experimentar un proceso que también duró miles de millones de «eones» de tiempos.
En el mismo instante de la transición al no-tiempo supo que, con ello, iniciaba un largo camino de realización absoluta de sí mismo, que igualmente se prolongaría miles de millones de «eones» de tiempos; en espera de que las humanidades en camino llegasen a formar parte de Él.

Y aquel Ser pensó:
Yo seré vuestra meta, aunque me ignoréis.
Yo seré vuestro propósito, cuando tan sólo me sospechéis.
Yo seré vuestra imagen cuando creáis en mí.
Yo sólo seré Dios cuando vosotros seáis un todo conmigo: cuando lleguéis a ser Dios conmigo. Y juntos volveremos a empezar un proceso más allá del no- tiempo, pues el tiempo habrá perdido su razón de ser.

__Quien esto escribe -debo confesarlo humildemente- no logró asimilar esta supuesta parábola.

J__ Y tú ¿qué nombre le das al Padre? Porque, según creo, tú también eres Dios... ¿Cómo se entiende este galimatías? Siendo Dios, ¿por qué el Padre es más que tú?

__ Pero el Maestro tampoco era de los que atrancaban...

J.N__ Responde primero a una pregunta: ¿crees que podrías beberte el agua del yam?

J__ No, Maestro...

J.N__ Pues nuestro Padre es un lago al que se olvidaron de cercar. No te empeñes en comprender la naturaleza de Dios: ¡siéntela! Los nombres que las criaturas le atribuyen dependen de la forma con que ellas conciban al Creador.  La «causa-centro-primera» del universo nunca se ha revelado por su nombre: sólo por su naturaleza. Al Padre le da lo mismo cómo le llames. Él no impone ninguna forma de reconocimiento, ni de culto oficial, ni de adoración servil a las criaturas dotadas de inteligencia y voluntad. Lo importante es que, en lo más hondo de vuestros corazones, le reconozcáis, le améis y le adoréis.... voluntariamente. El Creador rehúsa ejercer una prepotencia en el libre arbitrio espiritual de sus criaturas materiales y, mucho menos, forzarlas a la sumisión...

J__ Pero las religiones...

J.N__ ¿Sabéis cuál es el don más precioso del hombre?

__ Nos interpeló, posando su penetrante mirada en uno y otro, alternativamente.

J__ La libertad -esgrimí con no demasiada seguridad.

J.N__ La consagración amorosa de la voluntad humana a la del Padre. De hecho, hijos míos, es el único don válido que el hombre puede ofrecer a Dios.

J__ ¿Quieres decir que no podemos ofrecer nada más?

J.N__ El hacer la voluntad de nuestro Padre lo es todo. En Él, los humanos viven, se mueven y tienen su existencia. Ése es el verdadero culto, que satisface plenamente la naturaleza del Padre Creador, dominado por el amor.

__Elíseo volvió a la carga.

E__ Y tú, Maestro, ¿cómo le llamas?

J.N__ Te lo he dicho: ABBÁ.

__Aquella palabra aramea venía a significar «papá»: El más entrañable de los vocablos que, por cierto, jamás era utilizado por los judíos cuando se referían a Dios.

J.N__ En espíritu, todos los nombres otorgados a Dios guardan idéntico significado, aunque, en palabras y símbolos, cada una de las denominaciones expresa el grado y la profundidad con que el Padre es entronizado en el corazón de sus criaturas...

E__ Y por ahí

__mi hermano señaló al cielo-,

 E__ ¿cómo le llaman?

__ El rabí sonrió de nuevo.

J.N__ Cerca del centro del universo de los universos, el Padre Universal es generalmente conocido bajo nombres que vienen a significar la «causa-primera».

Más allá, en el exterior, en los universos del espacio, los términos empleados para designarlo coinciden con el de «centro universal».

-Más lejos, en la creación estrellada, es conocido por «primera causa creadora» y «centro divino».

-En una constelación vecina a la vuestra, Dios es llamado «el Padre de los universos».

-En otra: el «apoyo infinito».

-Hacia oriente recibe el nombre de «Divino Controlador».

También ha sido calificado como el «Padre de las luces», el «Don de la Vida» y el «único Todopoderoso». El «universo de los universos», los «universos del espacio», la «creación estrellada»

E__ Antes has mencionado el Paraíso. ¿Existe en realidad o se trata de otra bella metáfora?

J.N__ Vosotros lo asociáis a un lugar pleno de felicidad y no estáis equivocados. Pero mientras permanezcáis sujetos a la carne, jamás podréis aproximaros siquiera a su magnífico e inmenso esplendor.

E__ ¿Te atreverías a definirlo en cuatro palabras?

J.N__ Centro de gravedad absoluta. 0, mejor, isla nuclear de luz.

__ ¡Dios mío! -exclamó mi hermano-. ¡Luego es cierto!...

E__ Muchos seres humanos piensan que, al morir, entrarán de lleno en el Paraíso. ¿Están equivocados?

J.N__ Querido amigo, el hombre es como un niño: Posesivo, inconsciente y atado únicamente al mundo cercano que le rodea. Ya te he dicho que la carrera hacia la Perfección, hacia el Paraíso, o, si lo prefieres, hacia nuestro Padre, exige una dilatada preparación en otras «moradas» ...

E__ Entonces, ¿cuándo veremos a Dios cara a cara?

J.N__ A veces -se lamentó el Resucitado- parecéis ciegos... ¿Por qué le buscas fuera si Él te ha regalado parte de su esencia?

J.N__ Se ha dicho: «Vosotros no podéis ver mi rostro, ya que ningún mortal puede verme y vivir.» Pues bien, yo os digo que ningún ser material podría contemplar el espíritu de Dios y preservar su existencia terrestre.  Es imposible a los grupos inferiores de seres espirituales y a todos los órdenes de personalidades materiales captar la gloria y el resplandor espiritual de la presencia de la personalidad divina. La luminosidad espiritual de esa presencia del Padre, es una luz que ningún mortal puede soportar, que ninguna criatura material ha visto y que no podrá ver.

__En resumen -le manifestó en su honesta simplicidad-, que después de la muerte tampoco le veremos...

J.N__ Hijo mío, en la inmensidad de la creación, Dios no trata directamente con las personalidades dotadas de voluntad. Lo hace de otras maneras: Como te he dicho, «instalándose» en lo más íntimo de cada ser y a través de un vasto circuito de personalidades celestes.

E__ ¿Te das cuenta de lo que acabas de exponer?

__Supongo que aquella perplejidad en el rostro del Maestro fue simulada.

E__ Si no te he entendido mal -prosiguió Eliseo-, Dios se «instala» en cada uno de nosotros...

J.N__ Ésa, mi pequeño curioso, es la más grande verdad que podrás escuchar de mis labios.

__Y desplazando sus ojos hacia mi persona, subrayó:

J.N__ Tu hermano lo sabe, la falsedad no puede anidar en mi alma. Y yo te digo que cada criatura mortal dotada de inteligencia y voluntad recibe, directamente del Padre, una «chispa» de Él mismo, enviada desde el Paraíso y que vive en el órgano mental de los mortales, ayudándolos a desarrollar su alma inmortal, destinada a sobrevivir por toda la eternidad. La presencia de este «ajustador Divino» (así podríamos calificarlo) en la mente humana es revelada merced a tres fenómenos experienciales: A la aptitud intelectual para conocer a Dios, a la necesidad espiritual de encontrarle y al intenso deseo de toda personalidad de parecérsele.

__Fue como un chispazo. De pronto creí entender la famosa frase bíblica: «hecho a su imagen y semejanza».

__Y el Maestro, captando «mi» hallazgo, se revolvió como un ciclón.

J.N__  ¡Así es, Jasón! Y en verdad te digo que, en todas vuestras aflicciones, Él se aflige. En todos vuestros triunfos, Él triunfa en vosotros y con vosotros. Su Divino Espíritu es realmente una parte de vosotros, aunque la inmensa mayoría de los humanos jamás llegan a descubrirlo.

J__ Ajustador Divino... ¡Me gusta tu definición!

__Eliseo, poco amante de rodeos, le disparó a quemarropa.

E__ Si es como dices, Señor, si cada ser humano recibe esa «chispa» del mismísimo Dios, ¿qué sucede con aquellas criaturas que no llegan a nacer? Tú no ignoras que ayer, hoy y «mañana», el aborto provocado es una realidad...
__ Al mencionar la palabra «aborto», la faz del Maestro se oscureció. Mi hermano, conociéndole como le conocía, debió de creer que lo tenía atrapado.

J.N__ Mira a tu alrededor. ¿Qué ves?

E__ No sé..., campos florecientes, colinas hermosas, un lago...

J.N__ Dime ahora: ¿Crees que todo eso es consecuencia de la casualidad?

 --Eliseo no dijo nada. Como yo, tenía sus dudas.

J.N__ Os lo he repetido: La Creación entera es obra de nuestro Padre. El maarabit no soplaría, las mieses no maduraran y las tilapias no alimentarían a los hombres si Él no lo hubiera deseado.  Todo obedece a un orden, basado en el amor. Cualquier profanación de ese orden repercute en el resto. En consecuencia, incluso por puro egoísmo personal, las criaturas humanas deben respetar las leyes de la Naturaleza. ¿Creéis de verdad que nuestro Padre está sujeto al error? Sus leyes son fruto del amor. Y os aseguro que el amor es la única moneda válida en el universo, imposible de falsificar.

J__ Si el Padre es amor -tercié en la conversación-, ¿por qué consiente el mal?

J.N__ El mal, mi atormentado amigo, es un concepto relativo. El mal potencial es inherente al carácter necesariamente incompleto de Dios, como expresión de la infinidad y de la eternidad limitadas por el espacio-tiempo.  El hecho del elemento parcial, en presencia del total perfeccionado, constituye la relatividad de la realidad. En todo el universo, cada unidad es considerada como una parte del todo. La supervivencia de la fracción depende de la cooperación con el plan y la intención del todo, del deseo sincero y del consentimiento perfecto de hacer la Divina voluntad del Padre.

J.N__ Si existiese un mundo evolucionario sin error, sin posibilidades de juicios imprudentes, sería un mundo sin inteligencia libre. En mi universo hay mil millones de mundos perfectos, con sus habitantes perfectos, pero es preciso que el hombre en evolución sea falible, si de verdad desea ser libre. Es imposible que una inteligencia libre y sin experiencia sea uniformemente sabia a priori. Pero no confundáis error con pecado.  La posibilidad de juicio erróneo sólo se vuelve pecado si la voluntad humana asume y adopta conscientemente un juicio inmoral intencional.

J__ Según esto -enlacé con sus explicaciones-, creer que las desgracias son enviadas por Dios puede ser una absoluta estupidez...

J.N__ Más que una estupidez, Jasón, una consecuencia de la ceguera humana. El Dios eterno es incapaz de sentir la cólera o de castigar a sus hijos. Ésas son emociones humanas, vulgares y despreciables, indignas de ser llamadas humanas y, mucho menos, Divinas.

J__ ¿Por qué no nos hablas un poco más de ese Paraíso?

 __ El Maestro se encogió de hombros.

J.N__ Lo haré, si así lo deseas, pero será como si vosotros trataseis de hacer comprender a mis pequeñuelos de hoy el sentido de vuestra misión... Antes deberían conocer otras muchas cosas. -El Paraíso o la isla nuclear de luz se deriva de la Deidad, aunque no puede decirse que sea una Deidad. Las creaciones materiales no son sólo una parte de la Deidad: Son una consecuencia.  Podríamos decir que, sin calificación especial, es el Absoluto del control material-gravitacional, por la «causa-centro-primera». Esa inmensa «isla», cuyas dimensiones no podríais concebir con la limitada mente humana, permanece inmóvil. Es la única creación estática en el universo de los universos.

 La isla del Paraíso tiene un lugar en el universo, pero carece de posición en el espacio. Se trata de una isla eterna, origen efectivo de los universos físicos pasados, presentes y futuros... -El Paraíso es un término que incluye los Absolutos focales personales e impersonales de todas las fases de la realidad universal. El Paraíso puede implicar y reunir todas las formas de la realidad: Deidad, Divinidad, personalidad y energía espiritual, mental o material.

Todo tiene al Paraíso como punto de origen, de función y de destino, en lo que se refiere a su valor, su significado y su existencia de hecho. Pero no os confundáis. La isla eterna no es un Creador. Es un controlador único de numerosas actividades universales. De un extremo a otro de los universos materiales, el Paraíso influye en la conducta de todos los seres relacionados con fuerzas, energías y potencias. Pero, en sí mismo, es único, exclusivo y aislado en los universos. No representa a nada y nada representa. No es una fuerza ni una presencia.  El Paraíso es, simplemente, el Paraíso.

E__ Y todas esas cosas -terció Eliseo con melancolía-, ¿por qué no son reveladas con claridad? Los hombres quizá encontrarían un verdadero sentido a su vida...

J.N__ Hijo mío, es conveniente que los hombres no reciban una revelación excesiva...

__Atónito, casi indignado, Eliseo protestó.

J.N__ Ello -prosiguió el Maestro con absoluta calma- asfixiaría la imaginación. El progreso exige que la individualidad se desarrolle. La mediocridad busca perpetuarse en la uniformidad. Fuera del contacto con el Padre Universal, ninguna revelación puede ser jamás completa. Porque vuestro mundo ignora generalmente el origen de las cosas, incluso físicas, se ha estimado conveniente darle, de vez en cuando, nociones de cosmogonía, pero esto siempre ha provocado confusiones. Las leyes que gobiernan la revelación limitan grandemente porque prohíben, como os ocurre ahora a vosotros, la transmisión de conocimientos inmerecidos o prematuros.

La revelación es una técnica que permite economizar siglos y siglos de tiempo en el trabajo indispensable de selección y de análisis minucioso de los errores de la evolución, a fin de extraer las verdades adquiridas por el espíritu…

E__ Pero esas revelaciones -intervino mi hermano con nerviosismo- ayudarían a la Ciencia...

__El Maestro negó con la cabeza.

J.N__ La revelación no debe engendrar ciencia, ni tampoco religiones. Su función es coordinar a ambas con la verdad de la realidad. -Pero la Ciencia...Vuestra Ciencia, como la de todos los tiempos, es sólo un espejo, que refleja vuestra propia imagen cambiante.

J.N__  Y te diré más: Tanto la Ciencia como la religión están permanentemente necesitadas de una autocrítica más intrépida y de una más clara consciencia de lo insuficiente de sus respectivos estatutos evolutivos. En los dos terrenos, los educadores humanos caen con frecuencia en el dogmatismo y en un exceso de confianza en sí mismos.

__Mi compañero sonrió burlonamente.

E__ Tú, Maestro, no pareces muy amante de las religiones. ¿Quién lo diría?

J.N__ El sectarismo, mi querido hijo, es una enfermedad de las religiones institucionales. En cuanto al dogmatismo, una ¡esclavitud de la naturaleza espiritual! Es mucho mejor tener una religión sin Iglesia, que una Iglesia sin religión.

__Eso me interesa -apuntó Elíseo, disfrutando de aquella increíble liberalidad del Resucitado.

E__ ¿Cuáles son, en tu opinión, los peligros de las Iglesias?

J.N__ Las religiones formalistas tienden a la fijación de las creencias y a la cristalización de los sentimientos; fosilizan la Verdad; se desvían del servicio de Dios al de la Iglesia; luchan entre sí y entre los hermanos, en nombre del amor, propiciando las sectas y las divisiones; establecen autoridades eclesiásticas opresivas; conducen al nacimiento del falso estado mental aristocrático de «pueblo elegido»; mantienen ideas falsas y exageradas sobre la santidad; se tornan rutinarias y petrificadas y terminan venerando el pasado, ignorando las necesidades del presente.

__ ¡Dios mío! -se lamentó mi compañero- ¡Pero tú también formarás una Iglesia!

__ Un crudo silencio cayó sobre la colina. El Maestro le miró con dureza. Finalmente, señalando hacia mí con su mano izquierda, respondió sin rodeos:

J.N__ Si no deseas escuchar mis palabras, escucha al menos las de Jasón.

J.N__ Cuando el Padre permita que me acompañes, analiza bien mi proceder. Juzga entonces en lo más íntimo de tu ser y recuerda lo que acabas de afirmar.  Es importante que transmitas la verdad. Yo no vine al mundo a crear Iglesias. Sólo a dar testimonio de nuestro Padre. La naturaleza humana es débil (lo sé) e, involuntariamente, mi mensaje será trastocado, surgiendo así una nueva religión..., «a propósito» de mi persona.

E__ ¿Y cuál es tu religión?

J.N__ Os lo he dicho: hacer la voluntad del Padre. Entregarse generosamente al amor y a la apasionante aventura, de la búsqueda personal de Dios. Yo no deseo credos ni tradiciones que fosilicen el alma humana.  Los que acepten mi mensaje jamás serán dogmáticos. Son las metas (no los credos) las que deben unir a los hombres. Y la que yo os he revelado es ligera y cristalina: llegar al Padre. Hacer su voluntad. Descansar en Él.

__ No pude contenerme, y me interesé por el destino de esta Caótica Humanidad a la que pertenezco.

J.N__ En verdad os digo -sentenció con los ojos radiantes por la esperanza- que el futuro del mundo es espléndido.

Las tribulaciones pasarán. Y llegará el día en que los hombres olvidarán rencillas y oscuros intereses. Ese día, las naciones de la Tierra, como un solo pueblo, aceptarán el doble mensaje que os traigo: que el Padre existe y que todos sois hermanos. Vuestro destino es la luz. Y nadie os arrebatará ese derecho. Entonces, sólo entonces, hallaréis la paz. Para llegar a eso debéis aprender primero a gozar de los privilegios sin abusar de ellos, a disponer de la libertad como de un delicado recipiente de cristal que conviene manejar con delicadeza y a poseer el poder, rehusando utilizarlo para ambiciones personales. Tales son los indicios de una «Humanidad avanzada».
J__ Entonces estamos muy lejos...

__Me puse en pie. Alguien rondaba o se acercaba a la colina. Mi hermano comprendió que «algo» sucedía e, incorporándose al punto, miró en silencio al extraordinario Hombre.

Fue una mirada de admiración. Jesús le correspondió con un guiño. Alzó sus manos y se despidió con un lacónico «Id pues ...».






Fuente/ CABALLO DE TROYA


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