martes, 2 de junio de 2015

JESÚS REDENTOR

Muchos absurdos hay sobre su vida en las Escrituras; muy contrario a cuanto han creído, quienes le siguen por su Obra de Sacrificio, por lavar de pecado, sombra y muerte a la sufrida humanidad de ayer, de hoy y de siempre; fue la figura austera y varonil; pastor de las almas, que se conoció bajo el nombre Jesús de Nazareth, el Cristo Eterno. Hombre de gran virtud, por eso le llamaron el Profeta de la Verdad y el Verdadero Hijo de Dios.

Su estatura inspiraba reverencia, sabía decir palabras nobles a los más rudos antagonistas, y consolaba a los tristes y sufridos cuando invocaban su ayuda con premura. 

Era un Hombre sociable, le gustaba la conversación, cuando eran sapientes sus contrincantes, era muy afable con sus discípulos y fuerte cuando reprobaba; era un gran caminador y su dialéctica era admirable y hasta irresistible por sus parábolas llenas de Sabiduría. Aquel Hombre, era genial y sabía ser un Filósofo; sin jactancia de tal, era sincero cuando, como el Conductor de las Multitudes, les dijo, sinceramente, a los pobres de la tierra: Bienaventurados los de manso corazón, porque de vosotros será el REINO DE LOS CIELOS

Jesús, en verdad, jamás invitó a ninguno a seguirle, sino a sus Ideas de Salvación y a sus Principios de Liberación, pero las gentes no comprendieron su llamado y le seguían por multitudes, exponiéndole y ocasionándole momentos amargos e incómodos; pero debía ser tolerante con aquellos inocentes que no sabían cuanto hacían.

Era un poco severo en sus dictados, muy sereno en sus juicios, en cuanto al Derecho y Libertad expresiva de los demás,  de allí el que fuera acogido con  beneplácito en la casa de sus amigos, los pobres y sufridos.; quizás, debido a esta actitud admirable  del Maestro de Justicia, le amaban las mujeres y le seguían las multitudes entusiasmadas, acompañándoles hasta internarse en las montañas, para escuchar su Palabra blanca de orientación.

Jesús estuvo rodeado por muchos que practicaron la castidad y eran abstemios; pero ello, no significaba que debiese actuar como los  otros, su vida fue simple y natural, comía con moderación pan, salsa, higos miel pura y vino de uva, este no le faltó en su mesa humilde, ni aun cuando comía con los pobres.

Muchos títulos de nobleza él hubo de recibir de sus adeptos, entre los cuales, le agradaban el de Tribuno de la plebe y ese otro de Príncipe de la Paz; así mismo, el nombre Oculto de Isá el Almasi, el cual, tenía un hondo significado Esotérico.

Sabía tolerar hasta la saciedad, mientras no era menoscabada la moral mística de sus Principios; por eso fue siempre valiente ante los Sacerdotes y representantes del Sanhedrín.

Muy perspicaz a la hora de ser atacado por los sofistas que siempre querían confundirlo, para perderlo, de allí nacieron sus palabras contra Herodes, confabulado con Caifás: Id prestos a ellos y decidles que es menester que yo camine, porque ningún profeta, conviene que duerma fuera de Jerusalén. (Lucas 13:33)

Solamente un Hombre de la talla de Jesús, el Cristo  Eterno, podía hablar con la seguridad de una Entidad consciente de su Divinidad; cuando dijo (Juan 14:9  “Quién me ha visto a mí, ha visto al PADRE)

Cristo, representa el intacto equilibrio de toda la Armonía que adorna la euritmia  del gran Universo, sin Él, jamás puede llegar el hombre simple hasta la Perfección, para identificarse con Dios. (Juan 14:6  Jesús les dijo: Yo Soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí).

Cristo, el Eterno Donante de Paz, Maestro de justicia de todos los tiempos, vive y vivirá mientras haya uno solo que sepa amar sobre la tierra.
Vive y vivirá porque en cada Cristiano vive un Cristo, dispuesto al Sacrificio de su vida en honra y honor  de una nueva Redención, si hay otra Humanidad que sufre persecución.

Jesús, vive, porque de las cenizas de un mundo pervertido y minado de incomprensiones e injusticias; Él hizo surgir un Mundo Nuevo, para albergar una Humanidad feliz.

¡Jesús, el Cristo Eterno no ha muerto! Y; no ha muerto ni morirá jamás mientras haya uno solo de los hombres de la tierra que diga: Yo vivo porque Cristo vive en mí.

No ha muerto Jesús, porque la Luz del Mundo tiene Vida y la Vida pertenece a la Eternidad. (Juan 8:12  Yo Soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida).   
                                              
Tiene phe y la phe enciende todas las antorchas y hace mover todas las montañas (Lucas 17:10 Si tuvierais Fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería). 
 
Y tiene la Gracia que Libara y Salva de la Ley arbitraria a todos quienes le amaron. (Juan 1:17 Pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo)

Cierto es: Jesús no murió en la Cruz! Jesús, no ha muerto jamás,  ni en el Calvario, ni en el corazón pensante de los millones de fieles que le aman con fervor. Y es; porque Jesús, el Cristo Eterno, debe vivir eternamente para que vean con orgullo y regocijo; levantarse, entre los hombres de la tierra jubilosa, la figura Esplendente de el Hijo del Hombre que prometiera…Y entonces todos los hombres celebraréis un Gran Aleluya para proclamar el triunfo de la Fraternidad y la liberación Multitotal.


Con la presencia de lo Espiritual, queda negado rotundamente toda idea de muerte, habiendo solo Espíritu, lo manifestado jamás se puede tomar como nacimiento, si es Eternal, tampoco puede ser herido ni destruido, por pertenecer a la Luz.

                                                 GHALUZ


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